Voy a jugar a pegar aquí las notas que voy tomando de 'Escaping the housing trap, the Strong Towns response to the housing crisis'
Empezando con cuál es la crisis actual: la inasequibilidad de la vivienda o falta de vivienda asequible.
Cuando la sociedad conversa sobre la crisis de la vivienda, con frecuencia se tienen diálogos disfuncionales y absurdos porque, aunque se quiere que la vivienda sea asequible, también se quiere que la propiedad no se devalúe. Lo cual es un imposible. Si la vivienda es accesible, el precio es bajo.
Pero en Estados Unidos, la sociedad está dividida. El 43 % de los estadounidenses quieren que los precios de las viviendas de su entorno aumenten, mientras que el 41 % quieren verlos bajar.
«Somos la primera cultura que se encuentra con que tiene una falta crónica de vivienda»
Hace un siglo, algo como la 'falta de vivienda' no tendría sentido. Compras los ladrillos y construyes. Sin embargo, hemos construido un marco normativo tan estricto que, por un lado, no permitimos la auto-edificación; y, por otro, no permitimos la construcción de vivienda asequible. El resultado es que la vivienda se ha convertido en un lujo.
Las ciudades han crecido históricamente mediante un efecto de disco de Petri (Petri-dish effect), orgánicamente desde un núcleo cada vez más valioso a medida que más periferia lo convertía en lugar de paso hacia otros lugares.
Decimos 'valor' y pensamos en 'dinero', pero ese valor no es únicamente económico, y tradicionalmente es relativamente nuevo.
Desde que tenemos registros fiables, podemos atribuir un valor monetario a ese 'valioso', aunque este patrón existía mucho antes de la invención de la moneda, el nacimiento del capitalismo y la ligadura entre el valor del suelo y la fiscalidad.
Cabe destacar que en USA este modelo ya no es tan válido, dado que las ciudades no son céntricas, y a veces ni siquiera son policéntricas, y de 'urbe' tienen poco. Se trata de extensiones residenciales sin centro que se extienden de horizonte a horizonte, y donde 'lo más caro' es 'todas partes a la vez'.
En 1948, el promotor J.C. Nichols reformuló el urbanismo americano actual. Este no cometería el "error del pasado" de permitir que la ciudad creciese de forma orgánica, sino que confiaría el desarrollo a un modelo que tituló 'Planificar para permanecer' (planning for permanence). En un discurso con tonos belicistas que abría con un «somos los hombres que lidearán el ataque [contra el urbanismo orgánico]», imaginó una forma de construir de forma que los vecindarios fuesen construidos de una tacada y en su estado final, entregando de forma instantánea su promesa última, un modelo residencial estático.
Diseñó el fracaso actual.
Cuando una ciudad crece de forma incremental, un barrio madura a través de un proceso que incluye el declive y la reurbanización. Esto es una característica, no un defecto, pero Nichols lo describió como una "tragedia". Nichols fue uno de los fieras que diseñaron la implementación de la zonificación.
En la práctica, el zoning que regulaba los diferentes «usos no deseados» implicaba dejar fuera a determinado tipo de personas. Los primeros códigos de zonificación dejaban explícitamente fuera a personas pobres, minorías raciales e inmigrantes
Sí, con algunas particularidades, como que la unidad mínima es el edificio o parcela. Las especies pueden mutar y 'moverse' de un lado a otro, pero no 'desplazarse'. Es decir, un edificio no puede moverse a otra manzana, pero su tipo de edificio puede ser replicado.
El crecimiento orgánico se optimiza con el tiempo y hace mejor frente a crisis.