Por estas pequeñas maravillas merece la pena pararse a pensar un poco las cosas cuando las cosas están sucediendo.
Las ciudades fueron los entornos en los que más servicios públicos había, pero a la vez aquellos lugares en los que resultaba más fácil guardar las distancias y (más importante) había más concentración de gente que entendió el problemilla ese del virus matagente.
No deja de resultar divertido darse cuenta de que quienes salieron por patas para 'refugiarse' fuera de la ciudad en realidad corrían alegremente a ponerse en riesgo. 😂