Así como resulta muy criticable cuando se trasplantan a las ciencias sociales conceptos propios de las ciencias de la vida (el caso del concepto de autopoiesis de Maturana a Luhmann en sociología) la situación inversa no es menos patética. El texto "La realidad: ¿objetiva o construida?: Fundamentos biológicos de la realidad" de Humberto Maturana es prueba de que jamás debió salirse de su asunto. Las cándidas interpretaciones que hace sobre la sociedad y la humanidad no pasan de un ensayo budista de buenas intenciones. Una verdadera estupidez, pero estupidez dura, fundada, científica.
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