Ha pasado algo muy bonito por culpa de algo muy feo. A Almeida (no, no esa clase de feo) no le dio la gana poner un carril para bicis en la calle del General Ricardos de Madrid (esta es la cosa fea), una vía crítica que se comporta como una autopista y necesita pacificación.
¿Y qué ha pasado bonito? Que pese a los intentos del gobierno municipal de boicotear la bicicleta al no desplegar infraestructura segura, la gente cada vez cicla más. Y siempre que subo General Ricardos tengo una bici en el horizonte. Miro hacia atrás y veo otras.
El flujo de bicis es tan alto que los conductores han aprendido a resignarse. ♥️
Almeida podría destinar un carril de seis a las bicicletas, y nosotros tan pichis. Ha decidido no hacerlo, y en el proceso ha perdido dos a primera hora de la mañana: el de bajada (yo ya es que ni pedaleo) y el de subida. Es el coste de tener un alcalde negligente. Podéis ponerle las quejas a él.