La innovación apenas se da sin un cambio normativo y regulatorio.
Muchas personas piensan en que elementos como las Zonas de Bajas Emisiones son innecesarios porque los coches se van electrificando, pero la realidad es que, sin ningún aliciente para fabricar vehículos menos contaminantes, los fabricantes seguirían inyectando dinero a la carbonización.
La actual electrificación no se habría dado sin las ZBE y las normativas ambientales.
Restringir el tráfico más contaminante es una medida de salud, y una que llega particularmente tarde y está muy descafeinada.
Te pongo de ejemplo el municipio en el que trabajo. Hace unas semanas el límite legal de NO2 bajó de 40 µg/m3 a 20 µg/m3. Nosotros teníamos de media diaria 25,6 µg/m3. En teoría, cumplíamos la norma, que ahora no cumplimos.
En 2021, la OMS estimó que por encima de 10 µg/m3 era una puta salvajada y una negligencia sanitaria. Imagina lo lejos que estamos de conseguir aire limpio.
Por otro lado, la única forma de impulsar el transporte público es penalizar el privado.