Se roban pocas bicicletas. ¡Ojalá se robasen más!
Y no, no es un error. Al igual que no hay peluquerías en un pueblo de calvos, no hay ladrones organizados de bicicletas en un entorno sin ellas.
El crimen está relacionado con la oportunidad porque, aunque ilegal, es un negocio. Y no hay negocio de bicicletas sin masa crítica de las mismas.