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El #Kinépolis de #Madrid fue para mí uno de los grandes hitos de mi juventud. Accesible para mí en bicicleta tanto desde mi vivienda como desde el camping en que veraneábamos, fue mi cine de referencia.
Periurbano, ubicado completamente fuera de la ciudad, estos cines estaban pensados para ir en coche, motivo por el que construyeron tres grandes aparcamientos cuya superficie conjunta es (agarrarse) más del doble de la superficie destinada al cine.
Ocho años después de la apertura del Kinépolis, recuerdo acudir a practicar con las primeras marchas, esta vez de un coche.
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25 años después de la primera proyección, el lugar está desértico. Si bien durante los primeros años la gente acudió en masa en coche, la realidad es que el Kinépolis ayudó a matar los cinco cines de barrio a los que yo tenía acceso caminando; y cuando llegó la suscripción a Netflix coger el coche o viajar una hora en metro más metro ligero para ver una película en una sala pegajosa y con ruido no era el mejor de los planes.
El edificio está aislado, literalmente. Si uno observa el mapa de la ciudad, esta gigantesca estructura descansa pasada la circunvalación de Avenida de los Poblados, a caballo entre varias localidades.
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Durante la última década, las salas de Kinépolis lo han pasado francamente mal. Es lo que tiene construir infraestructura usable únicamente si alguien se monta en el coche específicamente para ir allí.
Nadie pasa caminando delante de la taquilla porque aunque las avenidas de Ciudad de la Imagen son grandes, nadie pasea por ellas.
La estrategia del cine ha pasado por organizar fiestas de empresas, retransmisionse de conciertos y eSports e incluso han alquilado sus enormes aparcamientos a autoescuelas cercanas. Inspirados, sin duda, por aquellos que aprendimos a conducir en aquellas enormes pistas.
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El edificio ha seguido la misma suerte que los malls estadounidenses y canadienses: esplendor durante un tiempo, luego ruina. ¿El motivo? Se acerca el momento de renovar instalaciones.
Han pasado 25 años desde la apertura de las salas y el suelo del parking tiene grietas. Las columnas, humedades. Hasta las butacas empiezan a romperse, las pantallas pierden tensión, las luces ya no iluminan igual.
Toca renovar los cines, de a poco pero en todos los ámbitos: de la climatización a la moqueta (que han cambiado ya un par de veces). Y cuando llueve dinero, esto es fácil. Pero, ¿y cuando no?
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Basta echar un vistazo al norte de América para entender lo que pasa cuando construyes una infraestructura de compras cochecéntrica: una vez pasa algo de tiempo (una o un par de generaciones) los gastos se vuelven inasumibles para la clientela que aún acude.
El deterioro avanza, los locales cierran (Kinépolis tenía antes bastantes tiendas y restaurantes, hoy buena parte cerradas) y el edificio empieza a dar grimilla. Como el entorno.
Frente al Kinépolis hay un centro comercial que adolece de manteminiento, con más tiendas cerradas que abiertas. Los restaurantes de la zona apenas cubren caja.
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Deberíamos haber aprendido la lección: construir infraestructura de masas lejos de donde viven las masas es una apuesta perdida.
La única esperanza de la zona es la construcción de vivienda de densidad media en las proximidades, y no poca. La ventaja es que hay espacio, el problema es que hay poco transporte público y que ese espacio está destinado al coche (y no se toca).
Todo augura un mal futuro para este tipo de edificación, que no es exclusiva de los cines. Hemos perimetrado las ciudades con espejismos, y el calor no es capaz de mantenerlos en pie.
/fin del hilo
@euklidiadas Por completar, hace como 15 años se plantó en la puerta una parada de metro ligero, parte de una línea suburbana de escaso tráfico y que sospecho que no trae ni el 5% de los espectadores.
@osqar7 La idea del tranvía estaba bien. Pero está aislado del tejido de transporte: se paga aparte y es carísimo. Si valiese el mismo viaje que haces en metro para subirte luego al tranvía, habría ayudado mucho porque te deja en la puerta.
@euklidiadas @osqar7 yo me dejé un pastizábal en el maldito metro ligero yendo a las prácticas de moto 💸
@euklidiadas La última vez que fui allí, fue en el estreno de 'SW: Ep. VIII' o 'BR2049' y en ambos casos fue porque me pillaba fuera de casa e iba directamente del trabajo hasta allí. No tenía conciencia de que le fuera a impactar tanto pero sí tenía la sospecha.
@euklidiadas
El coctel pandemia + plataformas de streaming ha sido mortal para los cines, de todo tipo. Yo que vivo fuera de Madrid y que me pilla relativamente cerca, en los últimos años el Kinepolis ha sido mi cine de referencia, así que a mí me hace bastante polvo. Aunque en los tres últimos años he ido dos veces al cine (al cóctel yo sumé además la paternidad, que esa sí que es la puntilla).