Mucha de la gente que monitorizó la pérdida de ozono y la gente que aprobó el protocolo ya no está viva o está en proceso de dejarnos.
Casi nadie de aquellos activistas políticos llegará a ver cumplidos los objetivos ambientales por los que alzaron la voz y fueron ridiculizados o abucheados públicamente.
En la actualidad, muchos activistas climáticos están alzando la voz. Seguimos sin un pacto mundial vinculante de reducción de emisiones. Y, si lo logramos, es imposible que veamos cumplidos sus objetivos.
En la década de 1980, científicos y científicas de todo el mundo, junto a activistas y políticas/as alzaron su voz.
Como consecuencia de aquella lucha, tú o tus hijos viviréis en un mundo con una mejor capa de ozono.
Hoy sabemos mucho más que entonces de la dinámica terrestre del sistema atmósfera-océanos. Hoy entendemos mejor que nunca el coste de tardar más años o décadas en actuar.
Si alzamos la voz hoy, quizá nuestros bisnietos nazcan en un mundo con una menor concentración de partículas por millón de CO₂ y otros GEI.
Es hora de alzar la voz. No por nuestra generación, sino por las que vienen.