El fenómeno de la desinformación es una estrategia que es bien conocida y explotada.
Un artículo de Javier Salas
https://elpais.com/tecnologia/2024-11-24/de-bannon-a-musk-la-decada-que-convirtio-la-desinformacion-en-la-nueva-normalidad.html
Hay dos vertientes principales de intereses en esparcir bulos:
- Atraer clics y $
- Modular el debate público y ganar votos.
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El modelo de publicidad en línea, basado en subastas automatizadas de espacios publicitarios, ha impulsado la producción de desinformación. Yo me pregunto, ¿nadie regula esto? Parece que la respuesta es no; recientemente plataformas han retirado los sistemas de moderación y la UE tampoco está activando los mecanismos de respuesta
↪️ https://maldita.es/malditatecnologia/20241119/desinformacion-dana-respuesta-plataformas-redes-sociales/
↪️ https://www.freepress.net/big-tech-backslide-report
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El ecosistema informativo ha dejado a la sociedad sin una realidad compartida sobre la que construir consensos o discusiones fructíferas. Lo único importante es la narrativa. ‘Elige tu propia aventura’: algún medio ya ha escrito la historia que deseas creer; algún influencer está demonizando al grupo que odias”.
Por otra parte, se pueden lanzar mil contenidos sin mucho esfuerzo y esperar a ver cuál se pega, qué narrativa engancha en el discurso. La industria del bulo los libera sin parar, pero un reclamo absurdo cuaja de verdad cuando los políticos se lo apropian y logran secuestrar el debate público.
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