A menudo, quienes hablamos del temilla ese del #commuting damos cifras dicotómicas: o vas andando/en bici o no vas andando/en bici.
La realidad es más rica, y como ejemplo pongo a una amiga del barrio que antes conducía 40 minutos y ahora solo conduce 25, sin cambiar de oficina. Ha descubierto que puede aparcar a la entrada del polígono y a la entrada del barrio, y caminar unos 10-15 minutos en lugar de buscar aparcamiento.
Ahorra gasolina, está adelgazando lentamente y, lo más importante, acompaña caminando a su hijo al colegio, que le pilla de paso a donde aparca el coche en el barrio.