Aunque la crisis social y política #visigoda pudo haber comenzado antes, “la extrema y persistente #sequía de finales del siglo VII y principios del VIII d.C. en la Península Ibérica pudo haber tenido un impacto negativo en la producción de alimentos, dañando la economía principalmente agrícola y las actividades pastoriles”.
Y no solo eso, también desencadenó, al menos parcialmente, “la inestabilidad social y política que podría haber afectado la decadencia del reino visigodo, y las primeras fases de la consolidación de #al-Andalus”.