"Aquí también hay un problema con la perversión del lenguaje. Ningún ciudadano recicla. Los ciudadanos separamos los residuos. Detrás aparece un largo y caro proceso que culmina con el reciclado de estos residuos. Sin embargo, esta realidad se oculta a las y los ciudadanos, lo que les hace ignorar la complejidad del proceso y las necesidades de colaboración que hay para que el sistema funcione"